Es difícil comprender como un área con tantas posibilidades pedagógicas (ver post anteriores en el blog) y tan motivadora como es el área artística quede relegada desde el curso pasado al inicio del tercer ciclo, o sea, en 5º de primaria, a una hora a la semana en la comunidad de Madrid, que compartida entre plástica y música, queda reducida a una sesión de cada materia cada 15 días, o lo que es lo mismo, media hora a la semana. Y de nuevo, la más perjudicada es la educación musical, ya denostada en la mayoría de los centros de primaria con una sesión semanal que en algunos casos no llega ni a una hora, cuando es la única parte de educación artística que requiere un especialista (no así la plástica impartida por el tutor que no tiene porque tener grandes conocimientos en este campo). Además, cada vez con más frecuencia, el maestro de música abandona su especialidad por la marginalidad a la que se ve sometido en cuanto a las limitaciones temporales unidas al mayor ratio de las clases, el menosprecio al área por parte de la gente que ve este área como un mero entretenimiento (¡El/La de la flauta!, ¡Si te portas mal no vas a música!, …), la soledad de la especialidad y, por tanto, la falta de personas que puedan empatizar realmente con su situación (normalmente, solo existe un maestro de música en cada centro), etc.
Esta reducción viene impuesta por ley para poder introducir las dos sesiones de Educación para la Ciudadanía que, a diferencia de otras comunidades autonomas, aqui, en Madrid, se lleva por delante una de las materias que ya tenía un horario limitadisimo como es la música, en vez de coger el tiempo necesario de otras materias con más sesiones como se ha hecho en otras comunidades. Si es que hasta la Religión Católica (que a nivel personal, no sé porque sigue impartiéndose en centros públicos laicos donde ya cada vez más alumnos provienen de familias que, o bien no practican ninguna religión o bien son feligreses de otras religiones debido a la gran variedad cultural que hoy día tenemos en nuestros centros educativos) dispone de más sesiones. En mi centro, por ejemplo, a partir del curso pasado, tuve que impartir una sesión cada 2 semanas alternándola con la sesión de plástica (y así quieren calidad en la educación, que hipocresía). Encima nos aumentan la ratio, los grupos,… (yo tengo la friolera de 18 grupos distintos en primaria más otros 6 en infantil) con lo que es una tarea casi utópica conocer a esos alumnos, sus limitaciones y posibilidades y realizar una evaluación en condiciones de sus capacidades reales.
Esta claro, que si todos los especialistas de educación musical de primaria que seguimos al pie del cañón (y también, claro está, el resto de docentes que considera la educación artística fundamental en esta etapa), no nos unimos (y sé que lo tenemos muy complicado porque en la mayoría de los casos estamos solos en nuestros centros) seguiran reduciendo y reduciendo hasta que desaparezca la enseñanza artística y muy especialmente, la música, en los colegios.